Las vacaciones habían sido largas y productivas. Sin saberlo había conseguido un par de anécdotas que hoy, varios años después pondré en este espacio, pero todo lo bueno tiene su fin y las vacaciones habían terminado.
Pero todo final también es el comienzo de algo o en este caso el recomienzo, iba a verme con la chica de artes, quien también había vuelto de su hippi-tour (aunque fue bastante lujoso su viaje por el sur de nuestra patria).
El reencuentro fue lo que yo después entendería como una reconciliación típica o regular, nos juntamos a hablar en un terreno neutral, cada uno dijo lo que opinaba, de lo que se arrepentía y lo que le gustaba del otro y nos pusimos de acuerdo de reanudar nuestra relación de … eso que éramos antes de la ruptura tacita pre vacacional (en realidad, formalmente nunca habíamos sido novios). Después de los pactos y arreglos pasamos a realizar ese acto que según varios, en reconciliación es el mejor, debo decir que en este caso en particular no lo fue y quede bastante decepcionado.
Aun así había vuelto con la chica de artes y estaba seguro que todo iba estar tranquilo por un largo rato y que todo había quedado atrás, pero me equivoque y ese jueguito en la costa me costaría bastante caro…
2 comentarios:
Las reconciliaciones tienen ese aspecto bueno, aunque no siempre las segundas partes son buenas.
Me gustó el tipo de relación, que no llegaba a ser noviazgo, un tanto... liberal? Si, me gusta eso. Saludos!
Las reconciliaciones tienen aspecto bueno… salvo cuando se convierten en simples secuelas de inferior calidad.
Y si eso era una relación “liberal”, ya mismo me anoto en el partido republicano. Cuando termine de contar sobre esta relación, me vas a entender.
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